Jerusalén en llamas: Unos 1,400 colonos judíos, con banderas en alto y fervor religioso a flor de piel, invadieron la sagrada Explanada de las Mezquitas en Jerusalén Este, desatando una tormenta que amenaza con destrozar las frágiles esperanzas de paz en Gaza. Este acto, que algunos califican de provocación deliberada, coincide con la festividad judía de Tisha B’Av, pero ha sido visto por muchos como una afrenta directa al pueblo palestino.
Tensiones al límite: La irrupción, liderada por el ultraderechista ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, marca su tercer intento por reivindicar el derecho de los judíos a orar en este lugar sagrado para los musulmanes. La presencia de Ben Gvir en la Explanada no solo enfurece a la población palestina, sino que también podría destrozar las negociaciones de paz en curso, mediadas por Catar y Egipto.
Reacciones internacionales: Catar ha levantado una dura advertencia sobre los peligros de esta acción, subrayando que la situación ya tensa en Gaza podría empeorar aún más. Jordania y Egipto también condenaron el episodio, temiendo que la chispa encendida por los colonos pueda incendiar toda la región.