JERUSALÉN.- Aunque la vida en las calles de Jerusalén y Tel Aviv parece transcurrir con normalidad este lunes, Israel se mantiene en máxima alerta ante la posibilidad de un inminente ataque de Irán, que prometió vengar el reciente asesinato del líder político del grupo islamista Hamás, Ismail Haniyeh.
Las sinagogas, parques y calles de Jerusalén mantienen su habitual efervescencia y los bañistas disfrutan del Mediterráneo en las playas de Tel Aviv. Sin embargo, las autoridades israelíes aseguran estar “listas” para enfrentar “cualquier escenario” bélico.
“Los supermercados están llenos, Israel lleva una vida rutinaria, aunque sabemos que vivimos en un vecindario peligroso”, declaró en conferencia de prensa David Mencer, portavoz del Gobierno israelí, haciendo referencia a los enemigos de Israel en Oriente Medio.
El líder de la oposición, el ex primer ministro Yair Lapid, cuestionó al gobierno de Benjamín Netanyahu: “¿Lo que estamos viendo en los últimos días es el nuevo estándar? ¿Es aceptable para usted que durante cinco días un país entero haya estado esperando ser bombardeado?”.
“Estamos en alerta”, pero con una actitud de “desafío y determinación”, subrayó Mencer, al asegurar que Israel está listo para enfrentar a Irán “de formas que ya han sido demostradas y otras que aún son inéditas, defensiva y ofensivamente”.
Por su parte, Estados Unidos, principal aliado y proveedor de armas de Israel, envió a su responsable del Comando Central (CENTCOM), el general Michael Kurilla, a una gira en la región para tratar la crisis en sendas visitas a Israel, Jordania y otros países del Golfo.
La tensión en la región se ha intensificado tras el asesinato de Haniyeh el 31 de julio en Teherán, un ataque que las autoridades iraníes atribuyen a Israel.
El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jameneí, amenazó con vengar el asesinato, y este lunes, la Guardia Revolucionaria iraní advirtió que Israel “está cavando su tumba”.
El líder del grupo chií libanés Hizbulá, Hasán Nasrala, también amenazó con responder con fuerza al bombardeo israelí a las afueras de Beirut que la semana pasada mató a su máximo líder militar, Fuad Shukr.
Numerosos países regionales y occidentales han pedido a sus ciudadanos que abandonen el Líbano por temor a una escalada. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, habló con sus homólogos del G7 para advertirles que podría producirse un ataque de Irán y Hizbulá en un plazo de entre 24 y 48 horas, según el medio estadounidense Axios.